Los portugueses son trabajadores, amables y discretos, además de fervientes religiosos católicos, pero sin llegar al fanatismo.
En Portugal está el gusto por las fiestas, sean religiosas o no, así como lo exuberante.
En base a este sentir está el Fado, música típicamente portuguesa con poesía de inspiración tradicional. El Fado se canta por todos los rincones de Portugal, pero existen dos ciudades fadistas por excelencia: Lisboa, con un canto más tradicional y Coimbra con una vertiente más intelectual.
El folklore luso se destaca por la danza con mucho sentimiento y afán de festejar, de expresarlo lo más públicamente posible en procesiones y romerías. En Portugal existen cientos de celebraciones de Navidad diferentes.
En el norte, existen muchas leyendas y rituales heredadas de las tradiciones normandas. Por otro lado, en el centro y sur del país predominan los ritos católicos: belenes, misas y adoraciones. El elemento que no falta en algún rincón de la navidad portuguesa es el fuego, símbolo del triunfo de la luz frente a las tinieblas. En definitiva Portugal es muy variado en sentimientos con esa pizca mediterránea, ibérica, europea, y tradición marinera.